17/9/10

Mudanza


En el transcurso de la vida, el ser humano pasa por momentos de cambios,

o tu cerebro te pide, transformarte, crecer, evolucionar, buscamos cosas distintas, movemos de forma brusca nuestro mundo, buscamos CAMBIAR.


En ese intento por dejar cosas de el pasado y soltar ciertos apegos cambiamos de país, de continente, de amigos, de acento, de clima, cambiamos de vida, buscamos experiencias nuevas como la independencia o quien sabe si el mismo crecimiento espiritual y/o personal.


cambiamos todo, dejamos todo atrás en busca de lo desconocido.


Se que hay algo que nunca cambiara en mi y es mi amor a Dios, el se mueve conmigo, no me deja sola ni un segundo y se que por El, mi esencia siempre será la misma.


Y es cuando me pregunté: ¿ y con el amor? ¿Que pasa con el amor?

se queda? se olvida? se transforma?

creo que por mas largo que haya sido el recorrido, al final, el amor...

tambien se muda contigo.

13/5/10

Espero...





Señor mio, apacienta mi corazón, tranquiliza mi alma.

Làvame con tu espíritu por dentro y por fuera;

Escucha mi clamor.

Endereza lo que he torcido por mi humanidad,

y florece el desierto que la duda y el pesar hicieron de mi.

En ti espero porque en ti confio.

en el nombre de Jesús. Amen.

10/4/10

Mi cabeza en tu hombro


Tus hombros me inspiran confianza,

me hacen sentir seguridad.

En mi persona es la mayor expresión de cariño y ternura visible.

En tus hombros todo es más seguro porque encuentro paz.

26/2/10

Cerrando circulos




Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida.
Sí insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes ir
te de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho.

El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros.

¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.
Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.
La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron?
Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.

Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.
Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.
Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad.
Esa es la Vida!


Por Paulo Coelho.

PD: "Si quieres conocer el pasado, mira el presente, que es su resultado. Si quieres conocer el futuro, mira el presente que es su causa." Proverbio Japonés

19/1/10

ANTES DE QUE EL POLVO SE ASENTARA




Un capcioso parte del periódico español ABC que ignominiosamente acusa a nuestro país de cerrar la frontera a los hermanos damnificados haitianos, ha desembalsado mi copa y he decidido verter mi indignación a través de la telaraña mundial (WWW).

Aunque el momento no es el más idóneo, creo que algún hijo de Quisqueya tiene el deber de responder a los Christopher Hartley, Solange Pie y Pedro Ruquoy del mundo.
¿Cómo es posible que este instante apocalíptico se aproveche para descrédito de nuestro país por algunas personas que viven del pago de interesadas ONGS?

En el momento que esto escribo, Sábado 16 de enero de 2010, 2:00 PM (hora de República Dominicana) no conozco una persona, un barrio (rico o pobre), un hospital o clínica privada, canal de televisión o programa radial de nuestro país que no esté volcado en la recolección de ayuda para Haití; se organizan puestos de acopio de medicinas, vacunas (se acabaron las de tétanos que teníamos) comida, sangre etc.

Esta febricitante actividad ha sido puesta en marcha desde el mismo instante en que a nosotros también se nos movió la tierra y aún no se había levantado la alerta de tsunami para nuestras costas.
Antes de que el polvo se asentara el fatídico martes 12 de enero, eran Dominicanos los que estaban llevando ayuda y tratando de salvar vidas entre los escombros de Puerto Príncipe; fueron cámaras dominicanas las que generaron las primeras imágenes del " fin del mundo Haitiano", eran los morenitos dominicanos junto a los sobrevivientes haitianos que con picos, palas, patas de cabra, manos, uñas y dientes, rescataban a quien podían y observaban cómo las televisoras extranjeras desplegaban toda su tecnología millonaria para transmitir "LIVE" las infernales imágenes. Pero ni agua ni comida que supiera a superpotencia.

Precisamente hoy transmitían la alegre noticia de que una niña de un año y medio fue sacada de los escombros por un flaco joven de un barrio de Quisqueya que arrastró su vida por un pequeño hueco y media hora más tarde emergía con la criatura viva.

Ya para la madrugada siguiente al terremoto se habían trasladado diez cocinas móviles en las que se sirven 100 mil raciones diarias. También vimos como soldados cascos azules repartían unos "moros con pollo" que salían de unos camiones amarillos con letreros que ponían: "Gobierno Dominicano Comedores Económicos". Y es que hasta nuestro gobierno, tradicionalmente desorganizado e indolente, ha mostrado una efectividad y solidaridad desconocidas incluso para nosotros mismos.


El presidente de la República, Secretario de Salud, Obras Públicas, Fuerzas Armadas... se encontraban allí antes de que el polvo se asentara. Además de aportar la cifra equivalente a 15 millones de Dólares, honrando la característica forma de vida dominicana de solidaria repartición de la pobreza.
Los hospitales de todas las ciudades están colapsados, pues a nadie se le ha negado la asistencia. Todos nuestros puertos y terminales aéreas están habilitadas para que la ayuda entre a través de nuestro país.
Tal ha sido la demostración de este pueblo que el embajador haitiano en Santo Domingo al empezar a agradecer a los dominicanos por su solidaridad no pudo contener las lágrimas y tuvo que ausentarse.
De repente Haití existe para la comunidad internacional, tenían que morirse por cientos de miles para que les hicieran caso; pero nosotros lo sabemos desde hace muchas décadas, porque sufrimos su desgracia que no es de este presente de "flat panel" en la sala de nuestra casa, porque hemos absorbido el 10% de su población con las manos extendidas en nuestras esquinas, campos y camas de hospitales, porque cavan zanjas en nuestras avenidas y se caen de andamios de nuestros rascacielos en construcción, porque estamos aquí y nos duele.
Pero esto no es de noticiarios y días de emergencia, esta tragedia tiene siglos y solo nosotros los habitantes de la Hispaniola lo hemos sabido desde siempre. Haití se escribe con H de horror, históricamente Haití siempre ha desubicado a América, históricamente huele a abandono y muerte.

Todavía me pregunto por qué la naturaleza liberó sus trágicas ondas y concentro su vaho de muerte durante un minuto y en veinticinco kilómetros cuadrados de ira como para descamarse a Puerto Príncipe de su epidermis; probablemente nunca tendré repuesta.

Exhorto a todos los dominicanos que tengan videos que evidencien la ayuda y solidaridad de nuestro pueblo que los envíen a Youtube, que las imágenes asesinen a los escritos arteros en contra de nuestra nación.

Por último seriamente propongo que los habitantes de Hispaniola por su ejemplo de convivencia sean nominados para el premio Nobel de la paz.

Dr. Carlos H. García Lithgow




Lo recibi via correo electronico desde mi universidad,UNPHU.